EL CARÁCTER DE LA TRADICIÓN
© José Carlos García Rodríguez
Hace casi veinte años que Barbadillo lanzó al mercado sacas periódicas de “manzanilla en rama”, conviertiéndose en la bodega pionera en embotellar de esta forma el genuino vino de Sanlúcar de Barrameda. Con estos vinos, el consumidor podía comprobar los matices diferenciadores de la manzanilla según fuese la estación del año en que se efectuaba la saca.
Recientemente,
continuando con la recuperación de las más puras tradiciones
manzanilleras, Barbadillo ha empezado a comercializar una de
sus marcas más antiguas. Se trata de Pastora, la primera
manzanilla embotellada en la larga historia de la bodega. Según
consta en documentos de la empresa, las primeras botellas de
Manzanilla Pastora salieron al mercado nada menos que en 1827,
cuando apenas habían transcurrido seis años desde que se había
establecido en Sanlúcar el burgalés Benigno Barbadillo Hortigüela,
fundador de las Bodegas Barbadillo.
Pastora
llegaría a ser con el tiempo una de las grandes marcas de
manzanilla, una marca clásica cuando el vino de Sanlúcar era la
esencia del ser y el sentir de la Baja Andalucía, un vino de
presencia inexcusable en los brindis de postín, en las juergas
flamencas que se prolongaban hasta el alba, en las romerías y en las
ferias. Esta primera manzanilla embotellada por Barbadillo
nació en la bodega que le da nombre, la bodega La Pastora,
situada junto al Castillo de Santiago. Y
en esa misma bodega del Barrio Alto sanluqueño, tan propicia para la
maduración de la manzanilla, se sigue criando Pastora,
una manzanilla que los más veteranos bebedores echaban de menos.
La
Manzanilla Pastora, por su
edad, es una manzanilla pasada. Su larga crianza biológica se
prolonga durante nueve años, un tiempo en el que este vino permanece
bajo “velo de flor” siguiendo el sistema de criaderas
y soleras, o de clases,
que es el tradicional en el Marco
de Jerez. Hasta tres
años más que la famosa Manzanilla
Solear, la gran marca de
Barbadillo, permanece
Pastora en sus
soleras antes de ser embotellada, sin filtrar, para llegar al
consumidor con sus acusados matices y la exclusiva personalidad de
una excelente manzanilla que es un claro ejemplo de la vuelta al
origen y al sabor tradicional que nos remite a otros tiempos.
+
ELABORACIÓN
Procede
de uvas de la variedad Palomino
Fina o Listán
de los viñedos propios de Bodegas Barbadillo.
Crianza biológica, bajo velo
de flor en
botas de roble americano, por
el tradicional sistema de criaderas
y soleras. El vino
permanece en crianza durante un tiempo medio de nueve años antes de
ser embotellado en rama, sin filtrar.
TIPO
DE VINO
Vino
monovarietal de Palomino
Fina (100%), tipo
manzanilla, amparado por la Denominación
de Origen Manzanilla de Sanlúcar.
GRADO
ALCOHÓLICO
15%
de alcohol en volumen.
PRESENTACIÓN
Botellas
de 37,5 cl.
NOTAS
SENSORIALES
Color
dorado muy intenso, limpio y brillante. Recuerdos de levaduras y
notas salinas en nariz. Suave entrada y permanencia en boca,
repitiéndose las notas salinas con recuerdos a nueces y camomila.
Final largo y cálido.
CONSUMO
Se
recomienda su servicio a temperatura de 10-12º C. Excelente
acompañante de mariscos, atún rojo a la plancha y parrillada de
verduras. Como aperitivo armoniza a la perfección con el jamón
ibérico, la mojama y los frutos secos.
PRECIO
APROXIMADO
13,50
€
RELACIÓN
PRECIO/CALIDAD
Excelente.
95
PUNTOS